jueves, 9 de octubre de 2008

Entre el despertar y el dormitar del Sol

Y de repente tu vida se convierte en una larga espera. Y ni siquiera sabes qué es lo que añoras que asome en tu horizonte. No quieres creer que no tengas incumbencia: que todo cuánto te han dicho sobre ser " el arquitecto de tu propio destino" puede ser un espejismo, uno de tantos mitos sobre la determinación humana. Nos asusta comprobar, por ejemplo, que los más grandes descubrimientos que hemos registrado en nuestra memoria histórica, son teñidos por el azar, por el accidente, por la casualidad...Nos aferramos al mito: somos determinación, voluntad. Nada de eso...Somos accidentes; un pequeño accidente en la inmensidad del Universo, sometidos a fuerzas que no alcanzamos a comprender. O, que tememos comprender. Volvemos la vista atrás y vemos que los hechos que marcaron nuestro camino de manera definitiva, no fueron producto de nuestra premeditación. Que la planificación nada tuvo que ver. Afortundamente, ahí radica el encanto, la magia de vivir. Que sabemos por dónde saldrá el Sol al amanecer, y aún por donde irá a esconderse al final del día; pero en el intermedio, entre esos dos hechos, nacerán muchas circunstancias que no seremos capaces de preveer.

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